El cuidado de la piel es parte esencial de la salud y, a la vez, se traduce en belleza.
Para que sea efectiva es vital aplicar el consejo médico que indica que la mejor medicina es la prevención, por lo que no es recomendable esperar a tener necesidades evidentes para cuidarla. Aplica para todas las edades y se puede llevar a cabo desde la comodidad de nuestro hogar.
Sin importar la edad, nuestra piel necesita limpieza, protección de los agentes externos e hidratación; por lo demás, hemos escogido cuatro segmentos de edades para explicarte algunas de las necesidades generales. Debes tener en cuenta que cada persona puede presentar necesidades particulares que debería atender sin centrarse en las generalidades:
A los 20 años
Según los expertos de la firma de cosméticos Mary Kay, a partir de los 20 años podrían aparecer las primeras líneas de expresión por diferentes motivos, entre ellos, la pérdida del 1% del colágeno que aumenta a medida que cumples más años.
Lo ideal es agregar a la rutina de limpieza, protección e hidratación, un sérum de vitamina C que ayude a la producción natural de ese colágeno que comienza a perderse.
A los 30 años
Si ya la rutina de cuidado forma parte de tu estilo de vida, segurísimo que tu piel está en perfectas condiciones y solo es cuestión de agregar un nuevo aliado a la lista de cuidado: el retinol.
La recomendación la da los especialistas de Olay, que aseguran que se trata de una forma de Vitamina A que constituye uno de los ingredientes más eficaces de la década para el cuidado de la piel antiedad.
«Favorece la regeneración de las células de la superficie de la piel para que esta luzca un aspecto más joven y sano».
A partir de ahora tu rutina debería llevar los pasos de limpieza, protección, hidratación y aliados como el sérum de vitamina C, que lo puedes agregar en la rutina matutina, y el retinol para la rutina nocturna.
Será importante agregar algún tipo de exfoliación.
A los 40 años
El ciclo hormonal se manifiesta con mayor notoriedad y hay que ser honestos con nosotros mismos, por muy buen cuidada que esté la piel y por muy buena genética que tengamos, ya no se verá de 20, quizá de 30 0 35 pero de 20 no. Es el ciclo natural de la vida.
Que sí se puede lograr es que luzca saludable y radiante compensando lo que nos llevan las hormonas: el colágeno y la hidratación que siguen siendo vitales, más en esa etapa de la vida.
La rutina con hidratación, protección, exfoliación y nutrición debería darle la bienvenida al ácido hialurónico, que se une a la vitamina C y el retinol, que es un antioxidante, que combate los radicales libres, retrasando el envejecimiento celular.
A través de él se estimula la producción de colágeno, aportando una tonalidad uniforme y textura firme de la piel.
Al agregar cualquier producto a nuestra rutina de cuidado que contenga retinol, hay que tener en cuenta que se deben aplicar durante la noche y nunca exponernos al sol con él en la piel.
A los 50 años y más
A partir de esta etapa la cantidad de células muertas se van amontonando y el gran reto es lograr la firmeza y suavidad a través de la hidratación profunda.
Aquí volvemos a recalcar que no existen los productos mágicos y que la eterna juventud es solo un sueño inalcanzable, pero llegar a cada etapa radiante sí que es posible.
La rutina de cuidado ameritará de productos más suaves en la mañana y densos para la noche.
El nuevo aliado que deberías incluir sería el ácido glicólico, que actúa en todas las capas de la piel, dando hidratación y luminosidad de efecto exfoliación.
Además mejora el grosor de la piel. En esta etapa lo ideal es optar por aquellos productos que contengan un 4-10% este ácido presente en las uvas y la caña de azúcar y que trata los signos de envejecimiento a largo plazo y mejorar la textura de la piel.