Nueva York, Lanuevafarandulany.com Julio 2010, Dando justamente en el ojo crítico de las bellas artes.
Un fraude musical llamado Jay Martín, mal manejado y sin talento. Lo más grande es que Anthony Espinal conocido como “Jay Martin” quiere engancharse Artista a la mala, él no tiene talento.
Desde hace algo más de un año el empresario de supermercados de la ciudad de Nueva York, Anthony Espinal, mejor conocido como Jay Martín, ha querido proyectarse como cantante, haciendo pininos en el género de la bachata urbana. Desde sus comienzos en el ritmo de merengue hemos visto que este señor carece de todo, y no canta ni tiene carisma, por lo que lo poco que ha logrado ha sido todo en base al dinero que ha tenido que pagar para que la gente le vea al lado de grandes figuras y en grandes eventos. La falta de visión está llevando a este artista al abismo. Desde sus comienzos las cosas alrededor de Jay Martín han ido de mal en peor. Su ego, la falta de tacto, creerse un gran artista y el menosprecio a otras personas que sí pueden ayudarle, están socavando lo que pudo ser una carrera artística mediática. Sabemos que hoy en día impulsar una carrera de un artista no es tarea fácil, debido a que los medios de comunicación están inalcanzables, pero si se hace equipo y se busca gentes con pasión por el trabajo, las cosas resultarían más potables.
Jay Martín no ha pegado una, no ha pegado en el gusto popular. La gente no lo quiere porque no tiene sabor. No le han echado azúcar, no tiene carisma, no tiene ángel, no han sabido promoverlo, y los que siguen cerca de él solamente lo hacen por su dinero. Como todos saben, lo poco que ha alcanzado Jay Martín está basado en el soborno, mal manejo y la ignorancia de creerse cantante, cuando en realidad su talento no llega a más de ser un corista de iglesia, y de los malos. Lo poco que ha sonado en la radio ha sido por la payola, y eso es penado por las leyes de los Estados Unidos. Por lo menos yo no recuerdo ni sugiera una estrofa de uno de sus temas, y eso es mucho decir de un artista que ha gastado casi un millón de dólares en la promoción de su música en menos de un año. Es penoso ver que Anthony Espinal, Jay Martín, es uno de los aspirantes a cantantes, que le está haciendo mucho daño a los jóvenes que han estudiado y siguen estudiando canto y música en diferentes escuelas de los Estados Unidos, teniendo en cuenta que talento artístico no tiene, y que de canto no sabe nada; es increíble el poder del dinero, soborna hasta los más altos estamentos de La Farándula en el mundo.
Residenciado en los Estados Unidos pensé que este era un país diferente a los nuestros, donde se cumplen las leyes que controlan el favoritismo y que destruye y obstaculiza la libre expresión del talento, y donde la payola sigue en sus fueros. Jay Martín ha sido y sigue siendo, supuestamente, capaz de pagar sumas de dineros astronómicas, para muchos de fuentes insospechadas, con el único fin de subir a un escenario a dañar un show artístico, robándoles así la oportunidad a otros que sí son cantantes, verdaderos artistas. Recuerdo que siendo yo Director de Prensa de uno de los eventos más importantes en la ciudad de Nueva York, como fueron los cuatros eventos del Grupo Aventura, Jay Martín intentó dañarle el show a los muchachos durante su concierto celebrado en el Madison Square Garden, tanto así que ofreció una cantidad de dinero que había que vender medio Madison para reunirlo._ ($$$$$$)_.Menos mal que su intención llegó a oídos de los directores del Grupo Aventura y no lo permitieron en ese momento. Sin embargo, Jay Martín no se resistió y terminó tocando (mal cantando vergonzosamente) en el Madison Square Garden, pero en otro concierto más grande aún (menos importancia). Para ello gastó casi medio millón de dólares con el fin de realizar algo insólito, esta vez lo alcanzó, ya que la “payola» en la mayoría de los medios se antepuso a la ética y sobornó a los productores del espectáculo celebrado en Madison Square Garden. En ese concierto se presentaron Marco Antonio Solís, Miriam Hernández y Anthony Santos. Artistas de trayectoria.
Con su presentación en tan importante concierto, el novato Jay Martín solo desilusionó a todos los presentes, donde quiso compararse con Marco Antonio Solís, y hasta lo dijo en el micrófono. Esperábamos ver un espectáculo de altura como nos tienen acostumbrado Marco Antonio Solís, Miriam Hernández y Anthony Santos. Jay Martín no cabía en ese evento de tanta calidad, pero el dinero se impuso. Su mala música no era apta para ese concierto; él debe tocar en los pequeños restaurantes y los karaokes para que se pula, pero su afán desmedido de figureo y sus manejadores, como Wilson Sánchez, y los malos «asesores» que ha tenido, le han vendido la idea de que es una superestrella. Que se meta en una escuela de canto, que se eduque musicalmente y hablando, que ensaye lo suficiente, y que se deje de creerse estrella sin serlo. Que sea humilde. Pero, al ritmo que va, dudo que llegue lejos.
Yo mejor me ahorraría su ese dinero o se lo daría a los pobres, si es que hay tanto como se quiere demostrar. No envidiamos sus riquezas, al contrario, le pedimos a Dios que continúe bendiciéndole, pero que sea cauto, que respalde los eventos pequeños, que comience de abajo, que haga raíz, para que cuando suba no se caiga. Así es que se hace con artistas nuevos, _(Prince Royce & Aventura)_ incluso, aunque no tiene talento para el canto, puede alcanzar pulir esa área, y convertirse en un intérprete. Conocemos de muchos casos como él, pero debe hacer las cosas como deben ser. Hay que resaltar que Jay Martín no canta, y que no es verdad que ha gustado en la ciudad de Nueva York, donde, supuestamente, todos los espectáculos donde se ha presentado han sido financiados por él mismo, situación que da pena y vergüenza.
Este artículo fue es y sigue siendo el número de uno de diez. Si dudas estoy para escribir 10 para dar a conocer los reales y los falsos cantantes.