El Gobierno de Haití advirtió este miércoles a la población de que se está produciendo un aumento «alarmante» de nuevos casos de COVID-19 en el país, que fue relativamente poco afectado en los primeros meses de la pandemia.
El ministro de Cultura y Comunicación, Pradel Henríquez, llamó a la población a mantener «más que nunca la alerta roja» para evitar que se descontrole la enfermedad.
«Ante esta alarmante situación, es urgente tomar las medidas adecuadas para evitar la propagación de la enfermedad en el país y evitar un desastre sanitario», dijo Henríquez en un comunicado oficial.
Sin aportar cifras, el ministro dijo que se ha observado «recientemente» un aumento en el número de nuevos casos de la covid, «incluyendo un aumento en el número de muertes» debido a esta enfermedad.
Por ello, recomendó a toda la población sin excepción respetar las medidas de protección, que en el país se han abandonado totalmente en los últimos meses, si quieren evitar «un vertiginoso aumento» de los contagios.
«El respeto escrupuloso de los principios de protección es susceptible de frenar la transmisión de la pandemia. La nueva situación sanitaria revela que nuestra negligencia puede reservarnos sorpresas fatales», afirmó el ministro.
Haití reabrió su economía en junio, después de haber registrado un bajo nivel de contagios, y desde hace meses las autoridades no hablaban de la pandemia, dando la impresión de que ya no afecta al país.
La nación caribeña vive una actividad totalmente normal y ajena a la pandemia, sin que se tomen medidas de distanciamiento físico en escuelas, empresas o cualquier actividad económica, social o cultural.
El informe más reciente del Ministerio de Salud Pública, del pasado lunes, muestra que 9,152 personas se infectaron por el coronavirus en el país, entre las que murieron 232 pacientes.
Actualmente, según el informe oficial, hay 1,237 casos activos en el país.
La ONU ha reconocido el buen manejo de la crisis sanitaria por parte de Haití, aunque el organismo multilateral apunta que la capacidad del país de realizar pruebas PCR es muy limitada, por lo que las estadísticas probablemente no reflejan la realidad de los daños causados por la enfermedad.
El Gobierno de Haití cerró sus fronteras y decretó un toque de queda, antes de detectarse el primer caso en el país, a finales de marzo; y las medidas de cuarentena fueron levantadas progresivamente a partir de finales de junio.