La crisis sanitaria provocada por la covid-19 ha dejado en evidencia la pobre gestión del agua en Centroamérica y las carencias históricas de acceso al recurso hídrico, afirmó a EFE el director de la iniciativa Medio Ambiente para el Desarrollo Centroamérica (Efd, por sus siglas en inglés), Roger Madrigal.
“La covid-19 ha evidenciado una realidad de miles de centroamericanos, especialmente los más vulnerables. El agua es fundamental como herramienta preventiva y la crisis vino a revelar que siguen pendientes las deudas por mejorar el acceso al agua particularmente de las zonas rurales y la disparidad que existe entre los países”, destacó Madrigal.
Estas son parte de las conclusiones del estudio “Agua y saneamiento frente a la covid-19: Desafíos y respuestas en Centroamérica”, elaborado por la Efd y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), con sede en Costa Rica.
Madrigal, afirmó en una entrevista con EFE que para la región es urgente buscar soluciones, no solamente para hacerle frente a la pandemia, sino porque el agua está estrechamente asociada al desarrollo de la población.
Según la investigación, la situación actual demuestra que hay diferencias en el tipo de proveedores y soporte financiero. En el caso de las áreas urbanas, el agua es provista mayoritariamente por empresas públicas a nivel nacional y municipal, mientras que en zonas rurales y periurbanas, los proveedores de agua predominantes son organizaciones comunitarias.
Además, la región arrastra problemas históricos de gestión de agua, los cuales en parte son por una legislación obsoleta, lo que impide una gestión integrada del recurso hídrico y reduce la capacidad saneamiento para enfrentar los desafíos ocasionados por actual pandemia, pero también la crisis climática, así como a otras posibles amenazas futuras.
Otro de los temas analizados, es que pese a que la oferta de agua es relativamente abundante respecto a la demanda, hay un alto contraste por el desperdicio del agua potable y un bajo nivel de acceso al agua por medio de tuberías.
“Existe una contradicción porque en muchos casos hay terribles problemas de gestión, hay sitios donde se pierde de un 50 % a un 70 % del agua en el transporte y en la zona de captación a las casas, porque la tubería está vieja, dañada y tiene fugas. No hay recursos suficientes para darle mantenimiento y otro problema son los marcos legales obsoletos”, dijo Madrigal.
Costa Rica es el país de la región centroamericana con una mejor cobertura de servicios de agua entubada con un 97 %, seguido por Panamá (92%) y Honduras (90%), Guatemala (85 %), El Salvador (78 %) y Nicaragua (66 %), de acuerdo con el informe.
“En Centroamérica hay problemas de acceso y las personas tienen que recurrir a fuentes alternativas: tienen que comprar agua embotellada, guardar el agua que les entrega los camiones cisterna, y además se pierde el agua durante el transporte hacia ciertas zonas marginales, pero todo esto además en el contexto de covid-19 los pone en una mayor vulnerabilidad”, puntualizó Madrigal.
El experto añadió que hay gente en zonas rurales que aún utiliza pozos de uso común e incluso tomas directas de ríos.
Medidas paliativas
El estudio de Efd y Catie, indica que las autoridades gubernamentales de los países de la región han implementado medidas para facilitar el acceso al agua y saneamiento en respuesta a la covid-19. Sin embargo, se trata de estrategias paliativas, ya que no resuelven los problemas de fondo.
“Es súper importante buscar soluciones porque no es solamente un tema de covid-19. Hay un círculo entre agua y desarrollo. Hay que trabajar en el tema del agua independientemente del covid-19 porque también existen retos como el cambio climático ante lo que hay que construir sistemas de agua resilientes”, dijo Madrigal.
Según el estudio, también es necesario que los países inviertan en mejoras de la gestión de sistemas de agua para garantizar su sostenibilidad, actualizar los marcos legales y mejorar la salud financiera de los proveedores de agua.