El gobierno del presidente Joe Biden está acopiando decenas de millones de dosis de una vacuna contra el COVID-19 cuya autorización en Estados Unidos sigue siendo incierta, frustrando a aliados de Washington que consideran que esas dosis deberían ser utilizadas de inmediato para salvar vidas en el extranjero.
La desavenencia es parte de un creciente debate global en torno a quién debería tener acceso a cientos de millones de dosis de vacunas que las compañías farmacéuticas están produciendo en Estados Unidos.
Además de generar antagonismo, la insistencia de Biden en que Washington tenga exceso de suministros está creando nuevas oportunidades para los rivales geopolíticos Rusia y China.
La vacuna de dos dosis de AstraZeneca ha recibido autorización de emergencia de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud, pero no de Estados Unidos. Ahora, los socios de Estados Unidos están apremiando a Biden para que permita la exportación de sus suministros porque, subrayan, Washington posee suficientes dosis de tres vacunas ya autorizadas que bastarían para cubrir a todos los adultos del país para finales de mayo y a toda la población estadounidense para finales de julio.
AstraZeneca dice que las vacunas producidas en Estados Unidos son “propiedad” del gobierno estadounidense y que para enviarlas al extranjero se necesita la autorización de la Casa Blanca.
“Estamos al tanto de que otros gobiernos podrían haberse comunicado con el gobierno estadounidense para tratar la donación de dosis de AstraZeneca, y le hemos solicitado al gobierno que sopese detenidamente esas peticiones”, dijo Gonzalo Viña, portavoz de AstraZeneca, en un comunicado.
Aunque la Unión Europea está ansiosa de volver a impulsar una relación trasatlántica más fructífera después de la penosa presidencia de Donald Trump, el tema de las vacunas se está convirtiendo en un asunto espinoso, y algunos en el bloque lo consideran una continuación del enfoque de Trump de “Estados Unidos primero”.
Los embajadores de los países de la UE examinaron el problema esta semana. El gobierno alemán dijo el viernes que conversó con funcionarios estadounidenses sobre el suministro de vacunas, aunque subrayó que la Comisión Europea tiene la última palabra en cuanto a la adquisición de dosis para los países miembros.
Biden y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han ordenado a sus representantes que conversen sobre las cadenas de abastecimiento en la producción de vacunas.
“Con suerte, estaremos en una posición a ambos lados del Atlántico de garantizar que se distribuyan dosis suficientes de vacunas en consonancia con el calendario, de forma que se puedan completar las campañas de vacunación”, dijo el principal portavoz de la comisión de la UE, Eric Mamer.
Hay más de 10 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca almacenadas en Estados Unidos para su uso en el país.
Al preguntársele sobre las vacunas almacenadas, el coordinador de la Casa Blanca para la pandemia, Jeff Zients, dijo que “tenemos un pequeño inventario de AstraZeneca para que, si se aprueba, podamos hacer llegar ese inventario al pueblo estadounidense lo antes posible.” Agregó que es el mismo procedimiento que se utilizó para las vacunas ya autorizadas.
Casert y Petrequin reportaron desde Bruselas. Danika Kirka en Londres, Frank Jordans en Berlín y Lauran Neergaard en Washington contribuyeron.