Es justo reconocer que uno de los grandes logros del gobierno anterior fue la puesta en marcha del sistema de emergencia y ayuda, el 9-1-1.
Los testimonios son en su gran mayoría de agradecimiento por un servicio rápido y profesional. Brinda un servicio que antes de su puesta en marcha era muy difícil de lograr. Cuando se llama al 9-1-1, se sobreentiende, es una situación de emergencia la que se trata de controlar y el personal ha dado muestras de gran profesionalidad.
Ahora se acerca a su séptimo aniversario y a falta de pocas provincias, su cobertura será muy pronto nacional. Mantener la calidad y la profesionalidad de este equipo es un reto para la actual administración. Bajo la autoridad de su director, general de brigada Vicente Mota Medina, tiene el reto de lograr la cobertura nacional con una interconexión efectiva.
La cara amarga de este proyecto es la irresponsabilidad de los ciudadanos que gastan su tiempo, y el de los demás, haciendo llamadas falsas, bromas o equivocadas al 9-1-1. Cada llamada falsa que se atiende roba el tiempo de una emergencia real.